¿Qué es la intención y por qué puede transformar la realidad?
Harmonía / 2017-09-07
En
todos lados vemos que se habla sobre la importancia de la intención: en
terapias de superación personal, en ceremonias de plantas de poder, en
ritos de magia, incluso en libros religiosos. Se dice popularmente: "La
intención es lo que cuenta". Pero, ¿por qué es tan importante la
intención, por qué se hace contar?
"Intención" significa propósito,
objetivo, pensamiento que lleva hacia algo. Literalmente "in-tentar"
significa tentar (probar, palpar) desde dentro (in). Intentar algo es
buscar que nuestro pensamiento, nuestra voluntad, aquello que tenemos en
nuestro interior se inscriba en y modifique algo. La intención es lo
que hace que nuestro deseo se vuelva palpable y se transmita. Con la
intención afectamos las cosas, las llenamos de nosotros.
El hecho de que la intención afecte el
mundo externo es algo que es cuestionado desde la perspectiva
científica, pero que siempre ha sido visto como natural e incluso obvio
por todas las culturas. Evidentemente, hay un tipo de intención que
influye en las cosas sin recurrir a la magia; esto es, la fuerza, la
determinación, la confianza con la que hacemos algo, la cual se vuelve
un circuito de retroalimentación positiva en nuestros actos. Si tenemos
una intención clara y fuerte, esto alimenta las cosas que hacemos. Pero
existe otra forma de ver esto que recurre a la magia: y es que el
pensamiento y la voluntad humana son capaces de afectar al mundo, ya que
el mundo, supuestamente externo, no está separado del ser humano y
el ser humano tiene un vínculo estrecho con la naturaleza. También se
dice que el ser humano es imagen de la divinidad y, como tal, participa
en la creatividad de la divinidad, en la capacidad de afectar a la
naturaleza con su intención. Pero es necesario afirmar claramente la
intención. Como dice una frase, a veces atribuida a Schopenhauer: "Puedo
hacer lo que quiero, pero ¿puedo querer lo que quiero?". Si tan sólo
supiéramos lo que realmente quiere nuestro espíritu, y quisieramos con
todo nuestro ser eso que realmente queremos, entonces se volvería
realidad. Esto, nos dicen algunos magos como Aleister Crowley, es el
secreto de la magia.
Crowley formuló su teoría mágica con
base en esta afirmación: "Haz lo que quieras, eso será toda la ley". Con
esto no se refiere al ejercicio egoísta del libre albedío hasta las
últimas consecuencias. La afirmación se basa en el entendido de que eso
que somos es una manifestación del espíritu universal, y cuando el
espíritu individual se alínea con el universal, eso es la magia. Deja de
haber ruido y todo se vuelve transparente. Entonces accedemos a una
fuente ilimitada de energía y poder. Deja de haber separación entre la
interioridad y el mundo externo, y decir es hacer. Otra frase popular
dice: "El amor puede todo". En cierta forma esto sería similar, ya que
el amor es el sacrificio del deseo personal en beneficio de los demás.
En otras palabras, una alineación con la voluntad espiritual universal.
Crowley entendió la magia como una
"reconciliación entre el destino y el libre albedrío" que ocurría una
vez que uno lograba "más allá de cualquier duda, saber quién uno es, por
qué uno es". Esto se relaciona con lo que decía el oráculo de Delfos,
en su versión extendida pitagórica: "Conócete a ti mismo y conocerás al
universo y a los dioses". Crowley escribió que "todo acto intencional es
un acto mágico". Lo es cuando sabemos quiénes somos. El poder de la
intención está en entender que no existimos separados, que lo que somos
es interdependiente, como si fuere, que somos un único organismo. Es por
esto que podemos afectar las cosas con la intención.
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