LUCHAR CONTRA LA ANSIEDAD

Los dos pensamientos que siempre detonan la ansiedad y cómo controlarlos

Harmonía / 2016-08-26
La ansiedad es estado de ánimo que dificulta el desarrollo de todas nuestras capacidades. La tensión, tanto física como mental, que acompaña la ansiedad suele ser bastante incómoda al momento de relacionarnos con el resto de las personas e incluso con nosotros mismos.

Hay detonadores de la ansiedad de los que podemos ser conscientes, como ciertas conversaciones que nos incomoden, el tráfico, el ruido, el estrés, entre otros. Sin embargo, la ansiedad también se puede originar de manera inconsciente y estos dos pensamientos son un ejemplo de ello.

1. El peor escenario posible es justo lo que va a suceder

Las personas con ansiedad son expertas en tener los pensamientos más caóticos, incluso si no tienen una justificación real. Por ejemplo, ante un dolor de cabeza, una persona con ansiedad supondrá que se trata de un tumor cerebral, y no estamos exagerando.


Aun si es de manera inconsciente, vivir imaginando que siempre ocurrirá lo peor es una forma de generar ansiedad, pues cualquier lugar al que vayamos o cualquier decisión que tomemos, tiene en sí misma todas las posibilidades de fracasar.

¿Cómo cambiar este hábito?

La próxima vez que un “peor escenario posible” llegue a tu mente, imagina cuáles serían sus consecuencias reales. Probablemente descubras que incluso si todo sale mal, habrá una solución. Otro buen consejo para evitar estos pensamientos, es probar eliminando todos los signos de interrogación de tu mente. Es decir, adiós al ¿y si…? ¿Estoy mal? ¿Debo hacerlo? ¿Me equivocaré?

2. No puedo controlar el miedo  

Si no nos sentimos preparados para algo, tendremos ansiedad. El miedo hace dudar de todas nuestras decisiones y nos hace sentir incapaces de salir adelante. Además, sentir que no podemos controlar el miedo abruma y nos ciega ante las posibles soluciones.

¿Cómo cambiar este hábito?

Cuando sientas que un problema no tiene solución, piensa en qué harías para resolverlo. Toma en cuenta el apoyo de tus amistades, familiares, seguros del gobierno, apoyos económicos de los bancos, tu fuerza interna, y todo lo que sea necesario para cada caso. Por ejemplo, si realmente tuvieras un tumor cerebral (peor escenario posible) ¿qué harías? Tendrías que ir al doctor y tomar las medidas que prescriba, atenderte y cuidarte, pero definitivamente preocuparte no ayudará a una solución real.

Con estos cambios de hábitos podrás reducir significativamente tu ansiedad. Céntrate en vivir el presente, el cual cambia con cada segundo. No te preocupes por lo que no puedes resolver ni por lo que fue o podrá ser. Disfruta y ten control sobre tu vida, que, como sabrás, se pasa muy rápido.


4 prácticos tips para vivir en el presente

Harmonía / 2017-09-15
Para este momento de tu vida es muy probable que hayas escuchado más de una vez que vivir en el presente es la clave de la felicidad. Teorías como el mindfulness predican las enormes virtudes de mantener la mente en el momento, y también disciplinas como el yoga o las meditaciones insisten en que esto debe hacerse.

Sin embargo, no siempre se explica de manera sencilla cómo puede conseguirse que la mente habite en el presente. Nosotros queremos ayudarte con estos cuatro prácticos tips.

1. Atención en la respiración
Esta es una de las maneras más clásicas de habitar el presente. Cuando sientas que tu mente está dispersa, vuelve tu pensamiento a tu respiración. Siente qué partes de tu cuerpo se activan cuando respiras y por unos minutos dedícate a sentir tu respiración.

2. Vista en el paisaje
También puedes volver al presente al observar el paisaje a tu alrededor. ¿Qué ves? Céntrate en todo lo que te rodea con calma y atención. Este recorrido traerá tu mente al presente.

3. Pensamiento en lo que hacemos
Otra opción es traer el pensamiento hacia lo que estamos haciendo en un determinado momento. Por ejemplo, si estamos comiendo o leyendo, dejemos que toda la atención se centre en cada detalle de estas acciones.

4. Conciencia corporal
Un ejercicio que se aprovecha mucho en las meditaciones es el de recorrer con tu mente el estado de tu cuerpo. Siente tu cabeza, tus brazos, tu torso y baja hasta tus piernas y pies. No dejes pasar ningún detalle. Así podrás mantener tu pensamiento en cómo te sientes en un determinado momento.

A veces, mediante pequeñas acciones se logran grandes progresos. El camino al bienestar integral es así. Poco a poco, la práctica de determinados ejercicios como los que proponemos en este texto te ayudarán a encontrar la paz y estabilidad que el mindfulness ofrece. Puedes practicar en cualquier momento, y de forma paulatina verás los resultados.


M.O.

Las mejores 5 formas para erradicar la ansiedad sin medicamentos

Harmonía / 2016-07-28
La velocidad que caracteriza las decisiones y sucesos de nuestra época, la inmediatez de la información, el tráfico, el ruido, todo los estímulos que nos sorprenden día a día, pueden sumarse hasta provocar ansiedad. Es normal. Sin embargo, a veces la ansiedad alcanza un punto en donde se convierte en una sensación intolerable y en el cual es mejor tomar medidas para erradicar el problema.


Muchas personas prefieren los medicamentos para reducir la ansiedad, mientras que otras gustan de probar opciones naturales antes de recurrir a la medicina para evitar el generar una dependencia o dejar de sentir ciertas emociones. Si tú eres una de estas, considera estas propuestas para erradicar la ansiedad sin medicamentos.

Ejercicio
Hacer ejercicio ayuda a reducir la ansiedad desde el primer momento pues libera mucho estrés acumulado en el cuerpo; además mejora el control de las emociones a largo plazo. El deporte constante mejora los estados de ánimo, los patrones de sueño y mejora la autoestima. Cuando te sientas ansioso, sal a caminar por 10 minutos y observa si te sientes mejor.

Meditación
Esta es una de las mejores maneras para reducir la ansiedad de forma natural. La meditación consciente ayuda al manejo del estrés, los patrones de sueño y la sensación de bienestar en general. Luego de meditar se toman mejores decisiones y se puede concientizar lo que el cuerpo realmente siente y lo que no. Lo cual reduce la ansiedad.

Modera el uso de las redes sociales
Al utilizar las redes sociales podemos comparar nuestra vida con la de los demás, y esto produce ansiedad. Modera el uso que le das a tu redes para que puedas centrarte en ti mismo y no tanto en lo que los demás presentan de ellos (y que suele ser la mejor parte, pero no necesariamente la realidad).


Elimina la cafeína
El café es una bebida estimulante que tiene varios beneficios, sin embargo, para una persona sensible a la ansiedad, hay que evitarlo. La cafeína puede producir ansiedad en situaciones en las que no te sentirías incómodo de no ser por esa bebida, además de provocar insomnio. Haciendo ejercicio, con una buena alimentación y estilo de vida, y durmiendo bien puedes tener suficiente energía sin necesitar la cafeína.


Valora tus emociones
Cambiar los patrones de pensamiento que producen ansiedad también puede ayudar a reducirla de manera significativa. Cuando te sientas incómodo, analiza cuáles fueron los pensamientos o contextos que te condujeron a ese estado y piensa si son reales o no, si puedes controlarlos o si lo mejor es dejar que pasen por sí mismos. Inténtalo con estos consejos para calmar los pensamientos negativos.  

Sentirse ansioso puede dificultar las relaciones personales, el desempeño en el trabajo y varios otros aspectos de la vida de las personas. Prueba los remedios que te proponemos en este texto y avanza con calma. El cambio en un comportamiento o pensamiento requiere de paciencia y cualquier forma de progreso es significativa.

Un acercamiento budista a cómo nos comunicamos: pausa, espacio, atención plena

La meditación y el estado de conciencia plena en el presente no tienen que ser algo que sólo hacemos cuando estamos en silencio sentados en un lugar especial. Idealmente debe de ser un estado de "calma alerta" o de "relajación energética" que se atañe con lo que ocurre en el momento, el cual puede llevarse a todos lados, convertirse en la base de todos los estados (lo cual, según dice el budismo, de hecho es).

Al relacionarnos con las personas y ponerle demasiada importancia a lo que vamos a decir o a querer que nos entiendan (más que entender) nos colocamos  en situaciones donde es muy fácil salir de un estado de "mindfulness" o de atención plena, y, como caballos desbocados, volvernos víctimas de excesos emocionales. 

Chogyam Trungpa, el polémico maestro tibetano que fundó la Universidad de Naropa en Colorado, en su libro "Spiritual Materialism" habla sobre cómo llevar el estado meditativo al proceso de comunicación:

Cada pausa realizada en el proceso de hablar se convierte en una especie de puntuación. Habla y deja un espacio, habla y deja un espacio. No tiene que ser formal o solemne, pero es hermoso si no te precipitas, si no está hablando a una tremenda velocidad, atravancadamente. No tenemos que vomitar grandes cantidades de información a los demás y luego detenerso decepcionados para que la otra persona nos responda... El espacio es tan importante en la comunicación con otra persona como hablar. No tienes que anegar a la otra persona con palabras e ideas y sonrisas de un solo golpe. Puedes dejar un espacio, sonreír, decir algo, dejar luego una brecha, y volver a hablat, y luego otro espacio, puntuación.

Esto no es una mera clase de oratoria o diplomacia. El espacio que se deja está ligado con un estado de apertura y tranquilidad de la mente: la paz es pausa, ritmo. Debemos de recordar que el budismo considera que la fijación, la aprehensión y el apego a una situación, o a un concepto, son las raíces del sufrimiento. El espacio que dejamos en las conversaciones es conducente de una mente más ligera y amplia y de relaciones más ágiles y luminosas. 

Asimismo recordemos que en el budismo tántrico, donde no se tiene una deidad creadora como la concebimos en Occidente, el espacio mismo cobra una altísima dignidad, y se vuelve la fuente de la vida y la sabiduría, el basamento de la la mente iluminada. De hay que dejar espacio sea también una especie de devoción no-teísta de la espaciosidad. 

"No solo queremos comunicarnos con los demás, queremos que nos respondan", agrega Trungpa, "debemos dejar de querer ser llenados por las demás personas, lo cual es muy egocéntrico. Debemos dejar ese deseo y entonces inmediatamente surge ese espacio". Comúnmente queremos que las personas alimenten nuestro ego con sus reacciones a nuestras palabras, estamos esperando esa respuesta que nos suba el auto estima, que afirme nuestro ego (que le de solidez a su insustancialidad), esa es la motivación de comunicarnos muchas veces. 

"Usualmente cuando nos comunicamos con otra persona estamos impulsados por una velocidad neurótica, debemos de dejar que cierta espontaneidad penetre esta velocidad para que así no nos desbordemos sobre la otra persona con la cual nos queremos comunicar, no nos impongamos, no la saturemos... donde hay un espacio entre las nubes del pensamiento, una luz brilla". Es a través de la apertura, como del cielo abierto, dice Trungpa, que la luz de la inteligencia brilla. 

Así tomemos esta pausa plena de conciencia, no como un dote histriónico o retórico, sino como un acompasamiento (compasión y comprensión de la compañía) y como un espacio para la respiración y la observación de lo que estamos diciendo y de lo que estamos escuchando. No necesitamos convencer a nadie, o ganar algo al hacer que nuestra palabras tengan cierto efecto deseado, nuestra comunicación es solamente una manifestación del presente que vivimos.

Twitter del autor: @alepholo



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