Hay mañana

Hay sueños dentro de mí, anhelos que espero constantemente que regresen a mi lugar como quien desea un beso eternamente, en el frio de una habitación que siempre fue mía, ese lugar lleno de sueños permanentes, de amor fugaces de estrellas que nunca caen, ilusiones reales.

Sentir que nadie está para ti es ese sentimiento en el que esperas que todos te paguen lo que te deben y no darle nada a nadie de lo que esperan, lugares para el amor donde encuentres amar.

No caer en realidad, aprender a no subir en nubes de mentiras, amar con el alma y no con el corazón ni con el cerebro, aprender a sentir sin las expectativas de lo que debería pasar, lograr pasar un día sin llorar, dedicarse a vivir de verdad.

Tratar simplemente de disfrutar cada sorbo de vida como un el vino más dulce en una sola copa, el que jamás habías probado en tu vida y solo tuviste en tu mano una vez, la felicidad es eso un simple instante que dura tan poco quizás como una canción de violines, quizás con la de un ave que murió, quizás como el olor de la flor más hermosa que dura tan poco pero no por dejar de existir dejaras de recordarla.

La realidad no solo es angustia, desesperación o tristeza, todo tiene su propia realidad o su propia mentira, vives simplemente para servir y aprendes a vivir.

De pronto te encuentras atrapado en tus propios recuerdos, lanzando líneas al ciberespacio para que otras personas te analicen tus sentimientos que no saben si en realidad eres tú o los creaste para ellos.

Alienantes momentos de crueldad, amor que será esa palabra que todos buscan tan desesperadamente y se parece tanto al dolor, la he comparado tantas veces que me pregunto porque aun siendo yo la que sufre me quedo admirando mi propia soledad que hoy parece que la prefiero en realidad.

Ese sonido relajante de la vida en un suspiro, en el sorbo del éxtasis mas callado de tu forma de olvidar a quienes jamás pensaron en ti, olvidar a los que también te amaron pero jamás se quedaron a verte feliz o infeliz.

Esos sonidos deliciosos que no olvidas, igual que los olores, igual que los sentimientos, puedes encontrarte más solo que nadie y de pronto llega una brisa te trae un olor donde puedes volver a soñar y me despierto.